Al grito de “Viva la U, Viva la U”, miembros de la comunidad universitaria se concentraron en el arco de Bárbula para exigir a los entes gubernamentales que se garantice la seguridad en la Universidad de Carabobo, pero que también se cumpla con las exigencias salariales, se mejoren las providencias estudiantiles y se dote al recinto de lo que se necesita para poder seguir impartiendo educación de calidad.
La actividad tuvo como eslogan “La UC no se rinde” y fue programada luego que se produjeran hurtos casi a diario en las distintas áreas de la universidad.
El acto asistieron la rectora, Jessy Divo de Romero; el vicerrector académico, Ulises Rojas; el vicerrector administrativo, José Ángel Ferreira; el secretario, Pablo Aure; los decanos de las facultades de Ciencias de la Educación, Brígida Sánchez; Ciencia y Tecnología, José Marcano; Ciencias Económicas y Sociales, Benito Hamidian y Ciencias Jurídicas y Políticas, David Rutman.
También estuvieron presentes representantes gremiales como el presidente de la Asociación de Empleados, Pedro Ulacio; secretario general del Sindicato Único de los Trabajadores, Joel Gil y el presidente de la Asociación de Profesores, Euclides Querales; así como el presidente de la Federación de Centros Universitarios, Iván Uzcátegui y representantes de lo demás miembros del movimiento estudiantil.
En su intervención la rectora pidió a toda la comunidad universitaria que no se rinda en su lucha por defender a la principal casa de estudios superiores del estado y la invitó a mantenerse unidos por la universidad.
La rectora aclaró que no tienen cabida las amenazas ni persecuciones cuando se defienden los derechos legítimos de trabajadores, estudiantes y docentes. “Reclamamos unidos lo que nos corresponde. Todos unidos en la pluralidad tenemos como tarea rescatar la universidad”.
La máxima autoridad también destacó que en la universidad venezolana se ingresa por méritos académicos y no por colores políticos. Añadió que los salarios y providencias estudiantiles son obligación del Estado venezolano.
Divo apuntó que, a pesar de las diferencias que existan, solo unidos se podrán lograr los objetivos comunes en la universidad. “No abandonaremos la universidad. Si cada uno de nosotros se involucra en la crisis y trabajamos juntos, podemos defender nuestros espacios”.
Al referirse al problema de inseguridad que se vive en la UC, dijo que se encuentran revisando el convenio firmado con el Ministerio de Interior, Justicia y Paz. También han sostenido reuniones con representantes de los diferentes cuerpos de seguridad del Estado.
La rectora insistió en la necesidad de trabajar juntos por la universidad. “Si no nos involucramos todos, no podemos salir adelante. Es momento de apartar lo individual para luchar por lo colectivo”.
Peticiones estudiantiles
Becas, transporte, comedor, servicios médicos, seguridad, insumos y un presupuesto justo fueron las exigencias planteadas por el presidente de la FCU, Iván Uzcátegui.
El dirigente manifestó que los estudiantes se mantendrán en una lucha pacífica, pero contundente, por el rescate del alma mater carabobeña.
Marlon Díaz resaltó que no puede ser que un estudiante tenga miedo de asistir a la universidad, que se acueste sin nada en el estómago, que no tenga donde graduarse, que sea el sector más golpeado por este régimen.
El dirigente estudiantil subrayó que la comunidad universitaria está sufriendo los embates de un régimen que no quiere una sociedad formada, sino que viva en la ignorancia. “No nos van a callar, vamos a seguir en la calle”.
Las exigencias gremiales
Pedro Ulacio señaló que han ido muchas veces al Ministerio de Educación Universitaria a exigir lo que les corresponde a los trabajadores, pero el Gobierno solo se burla de los dirigentes.
Joe Gil aseguró que el Estado pretende acabar con la universidad venezolana y con la UC. “No contamos ni con 10% del transporte operativo y los que funcionan están en precarias condiciones”.
Euclides Querales se refirió a los problemas presupuestarios, el incumplimiento del Ejecutivo en la solución del ajuste de las tablas salariales y el desmantelamiento que sufre hoy en día la casa de estudios por parte de bandas organizadas que mantienen azotada a la universidad.
En su opinión el Gobierno se está jugando sus últimas cartas para cerrar la universidad, pero los universitarios no lo permitirán, pese a los salarios miserables que reciben.
